PRESENTACIÓN DE CASOS
Hematoma espinal epidural espontáneo asociado a tratamiento anticoagulante con acenocumarol: a propósito de un caso
Verónica Chuliá Carrasco,* Patricia Gómez Barbero**
* Servicio de Cirugía Ortopédica y  Traumatología, Hospital Lluis Alcanyis, Xativa, Valencia, España
  ** Servicio de Cirugía Ortopédica y  Traumatología, Hospital Universitario Dr Peset, Valencia, España
Dra. Verónica  Chuliá Carrasco • veronica.chulia@gmail.com
http://dx.doi.org/10.15417/issn.1852-7434.2019.84.3.892
Recibido el  18-8-2018. 
  Aceptado luego de la evaluación el 6-12-2018 
Resumen
El hematoma epidural espontáneo es una entidad muy poco frecuente que supone una urgencia neurológica. Su presentación es muy variable, desde un dolor de espalda hasta una tetraplejia, según la gravedad y el nivel de compresión. Se comunica el caso de un paciente cardiópata de 71 años, tratado con acenocumarol, que presentó un hematoma epidural de modo espontáneo. Al inclinarse hacia el suelo, el paciente, que no tenía síntomas, sufrió un dolor brusco cervical seguido de debilidad en los miembros superiores e inferiores. Ante la sospecha clínica de una compresión medular, se decide realizar una resonancia magnética de urgencia, que mostró un hematoma de localización epidural con extensión desde C4 hasta T8. El diagnóstico urgente y el tratamiento de descompresión precoz son fundamentales para reducir al mínimo los daños neurológicos posteriores permanentes.
Palabras clave: Hematoma espinal espontáneo; Acenocumarol; Hemilaminectomía descompresiva.
Nivel de Evidencia: IV
Abstract
Spontaneous spinal epidural hematoma in patients treated with acenocumarol: A case study
Spontaneous spinal epidural hematoma is an uncommon condition and a neurological emergency. The clinical presentation of this type of hematoma is very variable, ranging from a backache up to a quadriplegia, according to the severity and the site of compression. Here, we discuss the clinical case of a 71-year-old patient with heart problems, under previous treatment with acenocumarol, that suffered a spontaneous epidural hematoma. The patient, previously asymptomatic, presented, sudden cervical pain when he bent over, followed by weakness in the lower and the upper limbs. Due to the clinical suspicion, an emergency MRI was performed, showing an epidural hematoma extending from C4 to T8. Early diagnosis and decompressive treatment are mandatory to minimize permanent neurological damage.
Key words: Spontaneous spinal hematoma; Acenocumarol; Decompressive hemilaminectomy.
Level of Evidence: IV
Introducción
El hematoma epidural espontáneo es un  cuadro poco frecuente, pero que provoca una importante morbimortalidad.
  Su frecuencia se estima en menos de  1/100.000 pacientes al año y supone menos del 1% de las lesiones
  ocupantes de espacio espinales  epidurales.1
  Se ha detectado asociado a  trombofilias, hemofilias, tratamientos anticoagulantes, antiagregantes,  malformaciones
  vasculares y crisis hipertensivas o  esfuerzos excesivos.2,3  La forma de presentación clínica  típica es un dolor brusco cervical o de espalda, que se corresponde con el
  dermatoma afectado. En ocasiones, hay  irradiación asociada a las extremidades, junto con síntomas compresivos
  radiculares o medulares, que van  evolucionando con las horas.
  
  Representa un cuadro raro que provoca  síntomas atípicos y dispares, y la sospecha clínica es fundamental para
  guiar el diagnóstico precoz que se  confirmará con una resonancia magnética (RM). Además, la RM será imprescindible
  para orientar la posible emergencia  quirúrgica.4  El tratamiento correcto incluye la  descompresión quirúrgica urgente, de modo que la gravedad y extensión de los
  daños neurológicos posteriores  variarán en función del momento de dicha intervención.5,6  El objetivo de este artículo es  subrayar la importancia de su rápido diagnóstico y tratamiento precoz para  evitar
  secuelas neurológicas.
Caso clínico
Hombre de 71 años, jubilado, que acude  al Servicio de Urgencias de Cirugía Ortopédica y Traumatología, por
  debilidad de las extremidades  superiores e inferiores. Presenta como antecedentes diabetes mellitus tipo 1,  fibrilación
  auricular persistente e hipertensión  arterial, así como un síndrome coronario agudo y un aneurisma de aorta
  infrarrenal tratado con una  endoprótesis aórtica. El tratamiento médico combina fármacos antihipertensivos  con
  antidiabéticos orales, acenocumarol y  ácido acetilsalicílico 100 mg.
  Antes de ingresar, el paciente era  independiente en sus actividades básicas de la vida diaria y presentaba  contención
  de esfínteres.
  En la anamnesis en el Servicio de  Urgencias, refiere que no tenía síntomas y, de manera súbita, al inclinarse  hacia
  el suelo, sufrió un dolor brusco en la  zona cervical seguido de debilidad progresiva en los miembros inferiores y
  superiores.
  Durante la evaluación, el paciente  está consciente y orientado, sin fiebre, y colabora. La exploración por  aparatos
  y sistemas no arrojó datos de  importancia.
  En el examen clínico, refiere dolor a la  palpación de las últimas apófisis espinosas acompañado de paraplejia. En
  los miembros superiores, tiene una  fuerza muscular 3/5 según la escala del Medical Research Council. El examen
  neurológico revela abolición de  reflejos en los miembros inferiores y reflejos conservados en los miembros  superiores.
  El nivel sensitivo se presenta en T3  (zona supramamilar).
  
  Tras la primera evaluación, se le  coloca un collarín rígido y una tabla espinal, y se le administran  metilprednisolona
  2000 mg, citrato de fentanilo 0,07 mg,  vitamina K, una ampolla por vía intravenosa y fluidoterapia de 1500 ml.
  En un primer momento, se plantea el  diagnóstico diferencial con un accidente cerebrovascular, pero dado el
  dolor cervical y la tetraparesia, las  sospechas se dirigen fundamentalmente hacia una causa compresiva a nivel
  medular, por lo que se decide  solicitar una RM de urgencia.
  Antes se solicitan análisis de  laboratorio completos, cuyos resultados están dentro del rango normal. Los  resultados
  de los estudios de coagulación  indican: tiempo de protrombina 21,2 s; tiempo de protrombina (cociente) 1,93;
índice de Quick 39%; INR 1,91; tiempo  de tromboplastina parcial activada 35,4 s y fibrinógeno 424 mg/dl. Todos
los valores están dentro del rango de  un paciente anticoagulado en el contexto del tratamiento con acenocumarol.
La RM identifica, en el conducto  espinal cervicodorsal, una colección heterogénea con extensión aproximada de
C4 a T8, una longitud de 22 cm y con  localización epidural-subdural posterior que comprime significativamente la
médula (Figura). Por las  características de señal y los antecedentes médicos del paciente, se  correlaciona con una
colección hemática. No fue posible  precisar el origen del sangrado de vasos del conducto espinal, no se hallaron
malformaciones vasculares ni otras  causas. La compresión es más significativa desde C5 hasta T1, a esto contribuye
la patología degenerativa discal con  presencia de osteofitos y pequeñas protrusiones. La médula está comprimida
en este segmento y muestra tenue  alteración de señal en varios puntos, lo que indica probable contusión o edema.
  Figura. Resonancia  magnética, en secuencia T2 de la región cervicodorsal. Se observa la colección  hemática desde C4
hasta T8.
 En este momento, se confirma el  diagnóstico de hematoma espinal epidural cervical con compresión medular,
  y se decide programar la cirugía  descompresiva de urgencia. Antes de la intervención, se administran 4 frascos
  ampolla de factores de coagulación  humanos dependientes de vitamina K.
  Aproximadamente a las cuatro horas de  ingresar en el Servicio de Urgencias, se realiza la cirugía descompresiva.
  Durante el procedimiento, se expone el  raquis cervical a través de la línea media posterior de C4 a T5 y se aprecia
  un hematoma de gran tamaño que  envuelve y comprime la médula desde C4 hasta T5.
  Se efectúa entonces una hemilaminectomía  superior e inferior desde C4 hasta T5, así como la exéresis del hematoma
  hasta comprobar que la médula está  libre y que existe buen paso por debajo de las láminas, las cuales además
  se rebajan a nivel de su cúpula.
  Por último, se realiza un lavado abundante  con suero fisiológico y, tras una hemostasia cuidadosa, se cierra por
  planos con anclaje muscular a  espinosas desde C6 hasta T5, manteniendo dos drenajes de tipo Redón sin vacío  por
  48 horas.
  Durante el posoperatorio inmediato, se  observa una buena respuesta clínica, con mejoría neurológica progresiva,
  recuperación del nivel sensitivo y una  fuerza muscular mantenida a 3/5. No obstante, a los dos días de la  intervención,
  el paciente sufre un deterioro clínico  pulmonar que desencadena la muerte.
Discusión
El hematoma espinal epidural  espontáneo es una rara, pero importante emergencia neurológica, cuyo  diagnóstico
  y tratamiento precoces son  fundamentales para prevenir la morbimortalidad del paciente. Según la  bibliografía
  revisada, en general, afecta a  pacientes adultos, de entre 50 y 80 años,1 sin diferencias entre sexos, con una relación
  hombre/mujer de 1,4/1.7 A pesar de que un 40% de los hematomas siguen  siendo idiopáticos,8  hay una serie de
  factores predisponentes que nos deben  hacer sospechar un hematoma espontáneo, como tratamiento anticoagulante
  o antiagregante previo, terapia de  trombólisis previa por un infarto cardíaco, hemofilia o deficiencia del factor
  XI de la coagulación, abuso de  cocaína, enfermedad de Paget o malformaciones vasculares.4,8 En nuestro caso,
  el paciente era hipertenso controlado  y estaba anticoagulado. En la actualidad, la hipertensión arterial controlada
  debidamente no se considera un factor  de riesgo; sin embargo, situaciones que aumenten la presión venosa, como
  un esfuerzo, un estornudo, un lifting, se consideran factores predisponentes.
  Pese a ser una patología poco habitual  con una clínica confusa, el inicio repentino de un dolor cervical o lumbar
  que no calma con analgesia, acompañado  de síntomas neurológicos progresivos debe generar la sospecha de un
  posible hematoma epidural espontáneo.  Si hay un hematoma cervical o dorsal, la clínica de dolor rápidamente
  se acompaña de compromiso neurológico  debido a la estrechez del canal epidural entre T3 y T9. El diagnóstico
  diferencial debe incluir hernia de  disco, absceso epidural o masa neoplásica. El estudio de elección para  confirmar
  el diagnóstico es la RM de urgencia,  pues permite visualizar la localización, dimensión, extensión y distribución
  precisas del hematoma; valorar el  compromiso de la médula espinal, la compresión o el edema. La tomografía  computarizada
  podría ser una alternativa, si no se  dispone de RM de urgencia o si está contraindicado este estudio.6,9,10
La localización más común del hematoma  es cervical, en la charnela toracolumbar o debajo de esta. En una
  revisión bibliográfica, el 29% de  estos hematomas era cervical, el 21% estaba en la zona cervicotorácica; el 29%,
  en la zona torácica y el 21%, en la  zona lumbar.6  Respecto al origen  del hematoma, aún es un tema de debate.
  La mayoría de los estudios publicados  se inclinan por un origen del sangrado desde el plexo venoso epidural que
  cuenta con valvas más laxas afectadas  por los cambios de presión de la cavidad torácica y abdominal. Además, se
  ha observado un predominio de la  localización posterolateral de los hematomas con distribución segmentaria.11,12
  Sin embargo, otros autores13-15 sostienen que el origen del hematoma  es un sangrado arterial, debido a la rápida
  formación y a que la presión venosa  epidural es menor que la presión intratecal. En nuestro caso, las imágenes
  solicitadas de urgencias no  localizaron el origen del sangrado.
  
  El tratamiento quirúrgico de urgencia  es el paso más importante ante este cuadro, pues los resultados terapéuticos
  dependerán del tiempo transcurrido  entre el comienzo de los síntomas y la descompresión quirúrgica, así
  como del grado de déficit neurológico inicial.  Groen y van Alphen12  revisaron 333 casos  de hematoma epidural
  espontáneo y llegaron a la conclusión  de que la demora hasta la intervención es el principal factor predictivo de
  pronóstico. Aconsejan una intervención  en las primeras 48 horas si hay un compromiso neurológico incompleto,
  pero si es completo, la cirugía debe  realizarse en las primeras 36 horas, incluso en algunos artículos, se  recomienda
  la intervención en las primeras 12  horas.1,12,16  Sin embargo, pese al  tratamiento precoz, concluyen en que si la
  pérdida sensitivo-motora es completa,  hay una alta probabilidad de que persista después de la operación, pero si
  la lesión es parcial hay mayores  probabilidades de recuperación.1 Por  el contrario, en una revisión de 158 casos
  de hematomas espinales tratados con  descompresión quirúrgica urgente, se halló una recuperación total  sensitivomotora
  en el 41,9% de los pacientes con una  lesión incompleta, en el 26,1% de aquellos con lesión incompleta
  sensorial, pero completa motora y en  el 11,3% de quienes tenían una lesión sensitivo-motora completa.17 Algunos
  autores consideran que el compromiso  motor de rápido comienzo es un factor predictivo de mal pronóstico.10
  
  La técnica quirúrgica recomendada es  la misma que se utilizó en nuestro caso: descompresión mediante  hemilaminectomía
  o laminectomía y evacuación del  hematoma. Existen publicaciones sobre el manejo conservador,
  que solo estará indicado si los  síntomas neurológicos mejoran en las primeras 12 horas.8,18 En la actualidad, no se
  dispone de resultados estadísticamente  significativos que aseguren que una intervención urgente predice un mejor
  pronóstico; sin embargo, se sigue  recomendando la cirugía precoz para recuperar la función espinal, salvo que
  exista una recuperación neurológica  temprana. En una revisión de 183 casos de hematoma espinal espontáneo,
se observó una correcta recuperación  neurológica en el 93% de los pacientes tratados en las primeras 48 horas.19
Conclusiones
El hematoma espinal epidural  espontáneo es un cuadro raro, pero grave de compresión medular. Tener en cuenta
  los factores de riesgo y sospecharla  ante un cuadro de dolor raquídeo asociado a signos neurológicos es de vital
  importancia para el pronóstico.
  El estudio de elección para el  diagnóstico es la RM de urgencia, que confirmará y definirá la lesión. La  descompresión
  quirúrgica permite aliviar la  compresión medular y revertir el déficit neurológico. El tiempo entre la  aparición
  de la clínica neurológica y el  tratamiento quirúrgico descompresivo influirá en el pronóstico y las posibles
  secuelas. Además, se ha observado que  los pacientes con una lesión neurológica incompleta antes de la cirugía
  tendrán mejores resultados con una  menor rehabilitación. No se recomienda el tratamiento conservador, salvo que
  el déficit neurológico se revierta de  manera espontánea y temprana.
Conflicto de intereses: Las autoras no declaran conflictos de intereses.
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